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Coronavirus: Alberto Fernández recibe a Larreta y Kicillof para definir como continúa la cuarentena

Este miércoles a la tarde en la Quinta de Olivos se reunirá el presidente con el Jefe del Gobierno Porteño y el Gobernador de la Provincia para definir el paso siguiente sobre la cuarentena que durará hasta el domingo 7 de junio. Más allá de definir la extensión de la cuarentena, la reunión sirve para bajar los ánimos al clima de confrontación que se ha desatado en los últimos días.

Mientras se hacía cada vez más fuerte las disputas, el primero en acercarse al Jefe de Gobierno porteño fue el presidente. Según fuentes, desde el gobierno de la Ciudad han comenzado a diseñar una estrategia de defensa ante los ataques consecuentes del Gobernador bonaerense y algunos miembros de su gabinete.

Tanto Fernández como Kicillof compartieron la idea de la puesta en marcha de la fábrica Volkswagen el día martes y el diálogo previo sirvió para que Kicillof bajara el nivel de confrontamiento a sus críticas a Larreta. Algo similiar fue lo que sucedió con el ministro de Salud de la Provincia, Daniel Gollán, quien retrocedió de sus mensajes publicados por twitter. Asimismo el ministro destacó “Si tanta molestia causó mi declaración, me disculpo”.

La confrontación se calma una vez se conocen los casos confirmados por el virus. Los 438 casos del día martes señalan una tendencia que inquieta a todos los políticos. Es muy probable que la Argentina traspase el umbral de los 9.000 contagiados  400 fallecidos. Si bien son cifras lamentables, estas colocan al país en un lugar privilegiado con respecto al mundo.

Hoy será el cuarto encuentro entre Alberto, Axel y Horacio desde que se inició la cuarentena producto del coronavirus. Para el presidente extender la cuarentena acompañado de los dirigentes metropolitanos se ha vuelto una situación habitual. De hecho, en el último anuncio el presidente cedió la palabra a Larreta para explicar algunas de las medidas que se iban a implementar en la Ciudad.

Todo indica que esta apertura no cayó nada bien en las filas del kirchnerismo, que ven a Larreta como un enemigo y más aún: como una amenaza electoral para el futuro.

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